lunes, 21 de diciembre de 2009

¡¡RENACÍ COMO EL GATO FÉLIX!!



Me tomé un mes sabático para ordenar algunos asuntos personales y recargar las baterías. La verdad, extrañé un montón pero no era el caso de sentarme a escribir sin rumbo, cercado por los compromisos y las limitaciones propias de la acumulación de cosas típicas de navidad, fin de año y todo eso. Así que, a mis "leyentes" (gracias Shu) les digo que no superé la mayor parte de los problems, pero no quería dejar pasar mas tiempo para regresar a a la acción.

Me gusta la lectura (me leo hasta el canto de las hojas), además de la escritura (léase escribir, inventar y contar historias, narrar hechos sucedidos, etcétera), por lo tanto hace 3 años me suscribí a un boletín relacionado con los mejores amigos del hombre (y de la mujer, ofcors y no estoy hablando de los perros). La semana pasada recibí uno de esos boletines en el que se plantea el siguiente intríngulis. (con el permiso de "Libros en Red.com)

"Para el uso del español, o de cualquier lengua, hay normas que distinguen lo que está bien de lo que está mal. Pero también hay cuestiones de gusto, de preferencia estilística. Y ya sabemos que sobre gustos no hay nada escrito. Por eso podemos iniciar la tarea de escritura nosotros, aquí y ahora.

Seguramente hablaremos de preferencias arbitrarias. Lo interesante sería ver si, arbitrarias y todo, todos repudiamos más o menos las mismas expresiones y las mismas palabras. ¿Lo vemos?

Para empezar, podemos referirnos a algunas expresiones poco felices, como "evacuar dudas" (cuando uno dice, por ejemplo, "No dude en escribirnos para evacuar sus dudas"). El verbo evacuar ¿no nos hace pensar en otro tipo de sustantivo, no nos remite funciones orgánicas?

Siguiendo con ese campo semántico, con esos mismos sentidos, están todos los eufemismos del acto de ir al baño, por ejemplo "ir de cuerpo" o "mover el vientre". Claro, tampoco es tan fácil encontrar una expresión agradable... lo dejamos como desafío.

Pasemos a otros temas más elegantes: las descripciones publicitarias. Hoy en día, pareciera que cualquier producto (shampoo, crema corporal, loción para afeitarse) que no contenga "perlas revitalizadoras", "chispas de frescura" no sirve para nada.

La misma costumbre de usar sustantivos y adjetivos sofisticados para cosas comunes se extendió a la comida: lo que antes era una vulgar ensalada de lechuga, hoy se convirtió en la mullida promesa que propone el nombre "colchón de verdes"; lo que antes era "tortilla de papas" (o patatas), hoy se puede describir como "milhojas de papas/patatas de campo" (no olvidar la especificación "de campo", "de granja" y hasta "de la abuela": lo cambian todo).

Todo suena muy sabroso hasta que se llega a una definición poco lograda. Hemos visto, por ejemplo, el horror "sopa de pomelo" en la carta de postres. "Sopa" nos anticipa un suave, tibio y salado primer plato; mientras que "pomelo" nos lleva a prever sabores ácidos y salpicaduras cítricas a los ojos.

A veces las expresiones son acompañadas por gestos (para repertorio de gestos y poder referirse al tema, nada mejor que acudir a la enciclopedia gestiarium). Uno puede decir que hacer "montoncito" (juntar los cinco dedos con la mano invertida y moverla de arriba para abajo varias veces puede significar "qué decís" o "qué te pasa", y que resulta ordinario. Puede ser. Pero entrecomillar con los dedos (índice y mayor, de ambas manos) para indicar que uno dice algo de lo que no se quiere hacer cargo, una verdad "supuesta", es francamente irritante: las comillas son del registro escrito. Si queremos decirlas en la oralidad, basta con decir la metáfora "tal cosa, entre comillas".

Otra cuestión para mencionar es el tono acartonado, pseudo formal, cultivado por quienes gustan de "el mismo", "la misma", "el susodicho", "la antedicha". Para referirse a algo ya expresado, suele bastar el demostrativo "eso". Nadie habla o escribe así, en realidad, salvo que quiera parecer culto, erudito. Nadie dice "mas" en vez de "pero" y todos preferimos, en el fondo, "junto con" al larguísimo "conjuntamente con".

También están las aberraciones ortográficas: palabras que, aunque correctamente escritas, lastiman los ojos. Caso de güisqui, la españolización de "whisky". Pero también es desagradable cuando las palabras se pronuncian de forma diferente a la escrita. Como cuando se dice "bebe" en vez de "bebÉ".

Para ir terminando, también podemos pensar en las antipáticas expresiones "te lo digo por tu bien", "si te ofendí, te pido perdón" (es decir que si no te ofendí, y aunque haya estado mal, no te pido perdón) y "yo ya te lo había dicho", cuando algo sale mal y uno -es cierto- ya había recibido una advertencia al respecto.

Hace algunos años, el sitio de Escuela de escritores lanzó el desafío inverso, el de proponer la palabra española más linda. Salió una demasiado obvia ("amor"), más elegida por su significado que por su sonido. Pero entre las favoritas se destacaron palabras que comienzan con a ("azahar", "amanecer", alegría") y las que tenían en alguna parte una "l" ("libébula", lapislázuli", "azul", "luz"). También había muchas palabras procedentes del árabe (algunas ya ejemplificadas).
Aquí meto mi bocadillo para decir que ni "azul" ni "luz" contienen la vocal "i", al menos que yo sepa, pero que igual están perdonados) 

En fin, podemos reeditar en el foro el listado de las más lindas. Pero no olviden también poner, según ustedes, las expresiones o palabras menos logradas, más infelices. Los eufemismos más ineficaces. Las palabras que más que formalidad dan la idea de lenguaje momificado
".

Hasta aquí la transcripción del boletín. Desde ecá en adelante, propongo que, nosotros que nos pasamos muchas horas al año escribiendo de todo un poco, ejercitemos nuestras neuronas, en esta encuesta que planteo, en solamente dos preguntas, a saber:

a) ¿Cuáles, a tu criterio, son las dos expresiones menos afortunadas que hayas encontrado en algún texto que hayas leído? Aquí cabe todo tipo de expresiones, formas gramaticales erróneas, horrores de ortografía y todo lo que les haya ofendido el intelecto.

b) En la misma línea, pero en el sentido contrario, pido tan sólo dos expresiones, palabras o frases que les haya llenado el alma de satisfacción, de ternura, de sentimientos nobles. Sé que deben tener una infinidad, pero con dos o tres me conformo.

Para finalizar, en mi próximo aporte (que ya estoy preparando) les voy a proponer otro juego con el que, estoy seguro, se van a divertir mucho más que con éste.

Perdón por lo extenso de este nuevo primer post, pero creo que nos vamos a divertir bocha.

A ver con qué se me despachan.

Saludos.

1 comentario:

  1. VITTORIO: gracias por volver...Bueno hay una palabra o dos que en mi infancia me hacía muy felíz pasaban ya la extensíon de juegos con mi hermana en los fondos de mi casa -tendría unos cinco y mi hermana 9 años - cuando dejabamos de ver a mamá lavando ropa y luego de un tiempo se asomaba a la puerta del patio y -cuando el sol ya nos quemaba lindo- nos decía "a comer".
    Otra es "te quiero mamá" de mi hija,me emociona hasta las lagrimas.
    Un cariño y felíz año 2010!!!!

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